Cuando a dos personas les une un proyecto común, y además resulta que ese proyecto se cimenta en una amistad previa, sólo pueden suceder dos cosas: que dicho proyecto se ahogue en un fracaso de decepciones que enfríe la relación (creo que todos hemos padecido este mal), o que se convierta en una verdadera e incuestionable simbiosis de pura creatividad.
Por suerte, me puedo contar entre los afortunados de la segunda hipótesis. Y gracias a eso ha podido nacer y ver la luz Canción ambigua de dudas y espejismos.
Escrita a medias con mi amigo Mel (y profusamente revisada para aunar estilos), ahora se incorpora a nuestra familia invocadoril Mónica Luque Zafra, que ha creado para la novelucha una preciosísima portada que define clarísimamente el argumento de esta corta aventura.
¿No os parece maravillosa? Roc y Gael, Thelxiepeia y Nu Kua... dos personajes empeñados en rechazarse por miedo a ser esclavos de sus propios sentimientos. Y todo esto resumido en una preciosa ilustración que nos promete la ternura de un gatito y el drama más absoluto de los amores imposibles entre las hadas y los humanos.
Yo, por mi parte, sólo espero que la historia esté a la altura de la portada.
¡Gracias, Mónica! ¡Gracias, Mel!
Os quiero un montón.
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